Aprovechando la actual emergencia sanitaria, el Teatro Real intenta imponer medidas que recortarán los derechos de sus trabajadores/as hasta diciembre de 2021

El día 26 de marzo, la Fundación Teatro Real ha enviado un correo electrónico a sus trabajadores y trabajadoras en el que exponen la situación actual y la previsión futura: se insta a una votación con carácter urgente, 4 horas de antelación, donde presenta dos opciones, o un ERTE o bien la plantilla acepta la creación de una bolsa de horas, por el tiempo que dure la situación de confinamiento.

Las medidas, incluyen la creación de una bolsa de horas para que la plantilla recupere el tiempo no trabajado durante el estado de alarma. La empresa propone que sea mediante la realización de horas extraordinarias y trabajo en días de libranza, que deben ser de realización voluntaria, pero en este caso, se convertirían en obligatorias. Para la realización de estas jornadas extraordinarias las trabajadoras y trabajadores serán avisados solo con 48 horas de antelación, lo que les obligará a estar a disponibilidad absoluta de la empresa durante un año y medio. El personal temporal, que obviamente no tendrá tiempo para recuperar dichas horas, se verá obligado a disfrutar de sus vacaciones durante la vigencia del estado de alarma, lo cual contraviene el artículo 38 del Estatuto de los Trabajadores.

Además, se suma la no remuneración del trabajo a vista de público del personal técnico, complemento salarial al que tienen derecho por convenio. Llama la atención esta medida por no guardar ninguna relación con la situación actual, lo que hace sospechar que el Teatro Real está aprovechando una situación tan grave como la actual para sanear unas cuentas que quizá ya presentaban problemas anteriormente.

La alternativa a este abrumador recorte de derechos sería el ERTE, ya que la empresa nos pone entre la espada y la pared, además de que no se entiende esta premura en la toma de decisión cuando llevamos 10 días sin actividad.

Un ejemplo más de las nefastas consecuencias de la privatización de nuestros teatros.

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