Con el mismo veneno que escupían a la protagonista de la serie quienes ejercen el poder sobre el género y la sexualidad, ahora, en la propia producción, los poderosos, los que manejan los presupuestos de su producto cultural con el único objetivo de obtener dinero, no dudan en escupir sobre sus trabajadores. Es el mismo desprecio, ahora en forma de clasismo, que ataca a las bases de la cultura, de la sociedad, de la economía; a los de siempre, los más débiles. Se está pidiendo a estos trabajadores que se muestren en la serie semidesnudos, realizando acciones que escapan del ámbito de la figuración, pero pretenden pagarlas como tal.
Habrá quien pueda pensar que quejarse por esta oferta oculta una vuelta al puritanismo, pero no es esa la reivindicación: el sueldo propuesto hoy día es inferior al que, cambiado a pesetas, se pagaría por un desnudo no ya en la década de las apariciones televisivas de la protagonista, sino de los tiempos del destape. Quizá esto pueda verse más claro si nos planteamos unas cuantas cuestiones:
¿Cuánto cuesta contratar a un/una stripper para una fiesta privada? ¿Cuánto cobrarían por participar en un rodaje para una emisión internacional? ¿Por qué piensan que no deben pagar la misma cantidad a quien haga idéntico trabajo en su producción? Las imágenes promocionales, no solo en forma de teaser sino en fotografías u otros soportes, no se pagan aparte. ¿Quién asegura que aquellas en las que estas personas han sido rodadas no puedan usarse para tal fin? Son imágenes susceptibles de ser utilizadas en páginas de internet con fines muy distintos, lo que sitúa al trabajador en una posición especialmente vulnerable. ¿Quién dice que no puedan ser usadas tan alegremente como la que ha servido de ejemplo en el anuncio de la oferta?
Que esto ocurra en una creación que reivindica la figura de las personas más marginalizadas, nos apena especialmente. Desde la vuelta al trabajo tras el confinamiento por el coronavirus, muchas agencias y productoras están cayendo en más irregularidades de las habituales. En CNT denunciamos públicamente este recorte en nuestros derechos, el ahorro del céntimo frente a los millones que ganan gracias a nuestro trabajo, y la falta de un convenio en el que se reflejen claramente estas y otras situaciones. Recientemente, la Inspección de trabajo ha corroborado lo que denunciábamos desde hace tiempo: los festivos han de ser remunerados con un 75% de incremento sobre el sueldo de la jornada, cosa que ha de hacerse extensivo a la nocturnidad, ya que ambos quedan recogidos en el Estatuto de los Trabajadores, aunque no figuren en el convenio. Precisamente por eso, para que queden claramente reflejadas todas las posibles situaciones que pueden darse en la profesión de figurante, es necesario que estemos en la negociación de su convenio estatal, como el único sindicato cuyos representantes conocen dichas situaciones de primera mano. Y esa participación en la mesa negociadora solo puede conseguirse con la participación de todos.
Contamos contigo. Cuenta con CNT.