No somos las musas, somos las artistas. ¡Por un sindicalismo combativo y feminista!

¡Este 8 de marzo nos detenemos para cambiarlo todo! Vivimos en una sociedad donde nos matan, nos violan, nos discriminan, nos asedian y nos cosifican por nuestro género. ¡Hoy decimos basta! Sin un ataque frontal y determinado contra la alianza del sistema capitalista y el patriarcado las mujeres de la clase trabajadora no podremos conseguir unas condiciones de vida y laborales dignas. Por eso las organizaciones firmantes nos adherimos a la huelga general feminista.

El feminismo, como movimiento transformador y revolucionario que es, sufre la manipulación y la confusión por parte de los intereses reaccionarios que intentan vaciar de significado y fuerza el carácter de clase que tiene la lucha por la liberación de la opresión. No olvidemos el hecho que conmemora el 8 de marzo y que promovió que el movimiento obrero instaurara el Día Internacional de la Mujer trabajadora: el asesinato de 129 obreras de la industria textil en Nueva York, después que se declararan en huelga y ocuparan la fábrica.

En el mundo de la música, la mujer ha estado históricamente excluida e invisibilizada, tanto que ni tenemos el nombre en femenino. La herencia de esta discriminación dura hasta hoy en día, y nos encontramos que nuestra presencia en los escenarios no es una muestra real de la escena. Los proyectos femeninos o mixtos todavía están relegados a un segundo plano respecto los proyectos liderados e integrados por hombres. El año pasado la presencia femenina a los principales festivales oscilaba entre el vergonzoso 2,41% del Sansan al 34,14% del Bioritme. ¿Dónde están las mujeres?

Recuperemos y reivindiquemos a las compañeras que nos abrieron camino, a nuestras referencias pasadas y presentes. Reconozcámonos y apoyémonos como siempre hemos hecho con ellos. La inestabilidad que caracteriza el mundo de la música es un agravante a los problemas del mundo laboral de la mujer trabajadora, como son la brecha salarial o la conciliación familiar, la falta de contratación y de derechos etc. Paralelamente, somos juzgadas por nuestro aspecto y nos exigen encajar en unos cánones de belleza y roles de género determinados, dejando en segundo plano nuestra capacidad artística y creadora.

Decimos basta a la cosificación y sexualización que sufrimos. ¡Decimos basta al estigma de la musa! ¡No somos decoraciones en el escenario! ¡Decimos sí a estar vivas, libres y combativas!

Músicos Organizados de Argentina
Asamblea Músicas/os de Valladolid
Sindicat de Mùsics Activistes de Catalunya
Coordinadora de Músicas/os CNT Madrid

Un comentario:

  1. «El año pasado la presencia femenina a los principales festivales oscilaba entre el vergonzoso 2,41% del Sansan al 34,14% del Bioritme. ¿Dónde están las mujeres?»

    – No se trata de un problema de machismo si no de capitalismo. Los músicos elegidos para un festival son los que más probabilidades de vender entradas tienen. El empresario evidentemente, como empresario que es, mirará por su bolsillo y no por el sexo del artista.

    «…dejando en segundo plano nuestra capacidad artística y creadora.»

    – De hecho, si se tratase de un problema de discriminación sexual, habría mas mujeres que hombres puestas simplemente para lucir palmito y vender con su físico.

    «…la mujer ha estado históricamente excluida e invisibilizada, tanto que ni tenemos el nombre en femenino.»

    – Habrá que distinguir entre el arte y la profesión. Que alguien sea música puede ser confuso. Aparte, el genero de un sustantivo que indica ocupación/profesión viene dada por el pronombre mas que por el propio sustantivo. «Artista» por ejemplo, podría considerarse femenino, y no existe «Artisto».

    Soy defensora de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer y anticapitalista.
    Si lo que quereis es actuar, coged la guitarra (bajo, micro, trompeta, etc.) salid a la calle y hacedlo. Nadie os va a discriminar.
    Si lo que quereis es lucraros con ello, como anarquistas estais a la altura del betún.

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