Tres días después de que por primera vez la extrema derecha irrumpiese sin máscaras en un parlamento español, la sección sindical de Prensa y Medios de Comunicación de CNT Madrid denunció cómo un importante grupo editorial andaluz exigía a sus profesionales que omitiesen la realidad: que no describieran al partido Vox como ultraderecha.
De la manera irresponsable en la que les es habitual, los partidos políticos han vuelto a tirar los dados con una nueva convocatoria electoral. Este domingo 10 de noviembre, la extrema derecha de Vox ha conseguido duplicar su presencia en el Congreso.
Empezó así: con tibias llamadas de las editoras del sector a evitar, a toda costa, la confrontación con un grupo que amenaza la convivencia, las garantías y las libertades que la clase trabajadora ha venido conquistando en las últimas décadas.
El despropósito fue a más. La estrategia que siguieron las empresas de prensa y medios de comunicación fue la de intentar domesticar a la extrema derecha normalizando su presencia en las instituciones y en el ámbito mediático.
En las últimas semanas hemos visto cómo esta estrategia ha permitido a los líderes de esta organización radical defender sus desdeñables ideas en espacios de máxima audiencia, o en páginas de medios muy leídos. Aunque el propósito inicial de much@s de estos profesionales fuese tratar de desbaratar, tumbar o desmontar sus argumentos, ha sido estéril.
Vox ha utilizado a la clase trabajadora de los medios de comunicación como un instrumento para conseguir más eco a sus consignas de cara al infastuoso proceso electoral de este domingo. Entrevistas, shows, debates y hasta juegos que han permitido humanizar —solo en apariencia— a sus líderes.
Organizaciones profesionales del sector están pidiendo casi de rodillas que el partido de extrema derecha acepte que medios y profesionales puedan acceder a los actos de Vox para garantizar coberturas plurales.
CNT Madrid, en su condición de sindicato de clase y combativo, hace otros dos llamamientos a través de su sección de Prensa y Medios de Comunicación.
Uno a la solidaridad con quien sufra agravios insolentes de este partido. Y otro recordando a todos los compañeros y a todas las compañeras del sector (periodistas, maquetadoras, infografistas, correctoras, fotoperiodistas, repartidoras, locutoras, redactoras) que este es su verdadero espacio y herramienta de defensa.
Solo rompiendo los compartimentos estancos de la profesión podremos dejar de estar callados: organizarnos, formarnos, defender nuestros derechos y pelear por una sociedad más libre, abierta e igualitaria. ¡Por una comunicación antifascista!