El mapa de los ERTE en el sector de la comunicación

Ya no quedan excusas: es momento de recabar información, organizarse y buscar asesoramiento en el sindicato para afrontar con garantías las consecuencias laborales de la pandemia que están por venir.

Para que los trabajadores tengan una visión más periférica de la situación, desde la sección de Prensa y Medios de Comunicación de CNT Madrid se ha elaborado un mapa de los ERTE sufridos en el sector y se advierte de los despidos definitivos que podrían llegar después, también en las empresas que no se han acogido a esta fórmula temporal.

Descarga aquí el mapa de los ERTE en formato PDF.

El 18 de marzo, el Gobierno publicó un Real Decreto “urgente y extraordinario” para dar respuesta a las consecuencias de las medidas de hibernación económica y distanciamiento social tomadas para contener los contagios por Covid-19 y evitar el colapso del sistema sanitario.

En el ámbito laboral, esta norma descargó a las empresas de su responsabilidad con la sociedad ante una pandemia global y la desplazó hacia el Estado, facilitando la adopción de ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) al prever su financiación pública entre un 75 y un 100% -dependiendo del tamaño y si se garantiza apenas 6 meses el empleo tras su finalización- si se justifica en la crisis del coronavirus la causa de la contracción de sus negocios.

La conocida debilidad y ciclicidad del sector de la comunicación ha hecho que muchos medios, agencias o gabinetes hayan despedido temporalmente a sus trabajadores, a tiempo completo o parcial, a pesar de ser reconocidos como actividad esencial.

El espíritu del Real Decreto se puede interpretar como la voluntad del Gobierno de favorecer un paréntesis para las empresas, hasta que puedan retomar sus negocios en “la nueva normalidad”, pero recoge sentidos autoritarios, como la única obligación de informar del ERTE, sin tener que negociarlo con los trabajadores, en los casos de fuerza mayor, y abre la puerta a que se produzcan abusos en el cumplimiento de los horarios y en las cargas de trabajo.

Es cierto que el trabajador afectado por estos ERTE tiene derecho a la prestación correspondiente pese a no haberla generado y que no consume su paro acumulado, que sigue sumando antigüedad y que sigue cotizando, pero hay que recordar que en el periodo de desempleo ni se generan pagas extras, ni vacaciones si no se consiguen acuerdos desde la empresa. Y a la vista de los datos recogidos, se detecta una preocupante arbitrariedad y desigualdad entre los distintos expedientes.

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