Sentimos tener que responder con una frase tan bigotuda, pero es que no se puede decir algo muy distinto. Que decíamos hace poco que estábamos cuidando de las profesiones que se escapan por los resquicios, pero para eso a veces hay que dejar de lado lo particular.
Que un sindicato como el nuestro es un espacio de solidaridad, y para eso es necesario el pensamiento más allá de uno mismo, lo que se viene llamando lo procomún. El bien común, la utilidad pública. Que entendemos que cuando a uno le pisan en el trabajo lo primero es atenderle, sanar la herida y no dejar ni que la persona trabajadora se desangre ni que venga uno con intención de ayudar y acabe haciendo un torniquete. Matando moscas a cañonazos. Bueno, que ya empiezo a ponerme metafórico otra vez: vamos, que en lugar de contar con un abogado que te lo judicialice todo, es mejor que cuentes con un sindicato que pueda solucionarlo antes por otras vías.
A lo que voy es que sí, que hay que atender a esos abusos, pero que muchas veces la forma no es reclamar lo que te ocurre a ti personalmente, sino detectar que eso sea una práctica habitual que hay que erradicar desde otro tipo de actuaciones. Y de nuevo, volvemos al punto de siempre: para eso hay que unirse y trabajar en ello.
Pero, entonces, ¿qué hay de lo mío? (vuelta la burra al trigo) Pues es que, aparte de que estemos en ello por otra vía, lo mejor que puedes hacer es ocuparte tú de ello. Tú y cuántos más, que decían farrucos los chinorris macarrillas del cole. Pues tú y quien tenga el mismo problema o quien quiera ayudar. Voy a dar una cita casi tan culta como la anterior, esta de La bola de cristal: sólo no puedes, con amigos sí. Es decir, que en vez de enfrentarte tú solo al empresaurio de turno, —o vamos a utilizar una expresión que nos ha gustado bastante en el sindi: a los grupos patológicos de empresas que se forman por encima de ti para sacar tajada del trabajo que tú haces con tu contratito de un día— lo hagas tú, sí, porque nadie mejor que tú sabe cuál es tu problema, pero con el amparo de los compañeros. With a Little Help of my Friends (toma cita más culta y en inglés y todo).
Por si no has tenido la ocasión o no te has atrevido a reclamar algo, este sería un ejemplo de cómo funciona: vienes, nos lo cuentas a quienes estemos por el sindicato (ya sabes, los martes a las 19:00) y nos sentamos juntos a escribir la reclamación que sea, para hacerla llegar por la vía que veamos más conveniente. La palabra «juntos» es la más importante de la frase anterior, aunque no la haya resaltado con comillas (ahora sí). Y es igualmente importante para cualquier cosa que hacemos en el sindicato. Porque todo lo hacemos, en la medida de lo posible, juntos.
Y llevamos ya años ocupándonos de estos casos particulares, solucionando la mayoría, pero también aprendiendo de los fracasos. Y si algo hemos aprendido es que muchas veces la vía es apuntar más alto, ir a quienes tienen que obligar a que se cumplan las cosas, o más allá, ir a quienes dicen cómo tienen que ser las cosas. Que es lo que comentábamos en la entrada anterior.
Pero para poder ocuparnos de ello necesitamos poder descargarnos de todo lo que supone eso, reclamaciones particulares, lo tuyo. Porque lo tuyo es lo de todos y lo de todos es… (uy, espera que me lío, que me sale una frase de esas de los políticos). Que no significa que no vayamos a atenderlo, a atenderte, pero que sí está bien que por lo menos nos vengas con la idea de lo que decimos en esta entrada, que vas a venir a solucionarlo tú con nuestra ayuda. Y que quizá te animes y la próxima vez serás tú quien ayude.
Y sí, ya sabemos que todos estamos liadísimos y la vida nos arrastra. A todos, incluidos a nosotras, claro. Y que para un rato que uno tiene libre, le apetece más ver si aparece una amiga figuranta en la serie que nos mola que ponerse con los papeleos, pero merece la pena. Y para vencer la apatía, os recomendamos un textito que se llama así, eso: Vencer la apatía. No tienes más que pedírnoslo y te lo hacemos llegar.
Mientras, pues eso, seguiremos con todo esto del Estatuto. Que como decimos, también es labor de todos. Entre todos los que quisieron estar, redactamos los puntos que queríamos que se incluyesen en el Convenio de la figuración, y de ahí y de las reivindicaciones de los técnicos han salido buena parte de las ideas que luego entre todos hemos plasmado en las propuestas para el Estatuto. Y que todo esto se sigue haciendo, cualquier sugerencia es escuchada, debatida e incorporada, si ha lugar.
Y nada más, que aquí estamos, trabajando en lo nuestro y para lo nuestro, pero a la vez trabajando para ti. Incluso para quien no se acerca a nosotros ni con un palo, ni puntero láser. Porque mis derechos son también los suyos. Así que al final estamos trabajando para ti.
Y como no sabíamos muy bien cómo ilustrar este artículo, lo acompañamos con este vídeo que dice eso, que estamos trabajando para ti. No, ninguno de nosotros es este buen mozo, qué más quisiéramos, pero nos ha caído en gracia. Y que podíamos haber puesto el vídeo de los Beatles, pero suponemos que ya lo conoces y si no, ya puedes buscarlo en google; ya sabes: With a Little Help of my Friends.