El movimiento por la vivienda nos está interpelando a todas. Ha convocado una gran manifestación el próximo 5 de abril que sacará gente a las calles en multitud de ciudades de todo el estado. Solo en Madrid, organizaciones como el Sindicato de Inquilinas, el Sindicato de Vivienda de Tetuán, el Sindicato de Vivienda de Carabanchel, la PAH de Vallekas, el Sindicato de Vivienda de Moratalaz, el Sindicato del Barrio de Hortaleza, la PAH de Getafe, la PAVPS, la Organización de Vivienda de Tetuán o Stop Desahucios Móstoles convocan esta manifestación, en la que nos encontraremos a las 12:00 en Atocha.
CNT, por supuesto, estará. Nuestro ámbito de acción, toda cuestión que afecte a la clase trabajadora. Nuestra práctica, el anarcosindicalismo. Son dos vértices indisolubles del problema de la vivienda. No vamos a estar impasibles mientras destruyen nuestros hogares, nuestros entornos y nuestro futuro.
A mediados de 2023 los sindicatos de concertación, la patronal y el propio Gobierno central celebraron con entusiasmo la firma del quinto Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, unas meras recomendaciones a tener en cuenta a la hora de firmar convenios colectivos y que instaban a las mesas a firmar subidas colectivas de sueldo de un 4% en 2023, de un 3% en 2024 y de un 1% en 2025.
La inflación, es cierto, se moderó en 2023, hasta un 3,5%. La inflación de diciembre de 2024 fue del 2,4%, efectivamente. Todo esto puede servir si nos ponemos una venda en los ojos para ignorar que la cesta de la compra se encareció más de un 8% después de 2022. Pero es que con la frialdad de los datos también podemos ilustrar el gran absurdo que estamos viviendo: la vivienda en alquiler se encareció en todo el estado un 5,7% en 2023 y un 14% en 2024 según los datos de Fotocasa, que para más inri, es una cooperadora necesaria en lo que respecta a hacer negocios con nuestras vidas.
Si nos centramos en Madrid, tenemos que el precio del alquiler ha crecido en 10 años un 61,8% mientras que el salario medio de los trabajadores de la comunidad lo hizo apenas un 3,3% hasta mediados de 2023, momento en el que, como decíamos, patronal, sindicatos y Gobierno celebraban el éxito de su “diálogo social”.
Huir del mercado del alquiler ni siquiera es una opción. Quienes alquilan le dan a su casero, sea este un fondo buitre o un rentista particular, todo el potencial ahorro que podrían necesitar para afrontar una compra que, además, se imposibilita cada día más. El precio de la vivienda libre creció un 4% en 2023 y un 8,4% en 2024, su mayor ascenso en tres lustros.
En el sindicato lo vemos. Más allá de las cifras, Madrid, cada día que pasa, consolida su distopía neoliberal. Las administraciones celebran la llegada de inversores extranjeros, colonos que transforman nuestra trama urbana con el propósito de llenarse el bolsillo. Nos expulsan de los barrios, nos hacinan en viviendas indignas, nos gentrifican y precarizan. Nos convierten en extras de parques temáticos. Todo se entrega al turismo, al business, mientras el falso pacto social sigue rompiéndose cada día más y más. El acuerdo, en el que en realidad nunca creímos, es que trabajar nos permitiría vivir dignamente. Pero en CNT no vamos a mirar a otro lado.
Obrera, inquilina o hipotecada: las inmobiliarias y bancos te instan a marcharte de tu casa y barrio con el patrocinio estatal, pero las instituciones no te dan siquiera alternativa para desplazarte de forma cómoda. Inundan tu móvil o tu tele con promesas de estaciones que llevan lustros sin inaugurar, con las obras de nuevas líneas que, siendo necesarias, también servirán para tensionar los precios de la vivienda y beneficiar el bolsillo de unos pocos. Todo al tiempo que algunas arterias de la red de Cercanías o de la red de metro de la Comunidad de Madrid cada vez presentan menos frecuencias y más colapso en sus coches. Venta de lo común para ganancia privada, la misma historia trillada que vale la pena repetir.
Te ofrecen trabajos con sueldos de mierda que no te permiten ni soñar con un proyecto de vida, con los que encima vas a ser partícipe de su macabro negocio. Lo vemos en compañeros de la hostelería, en empresas como NH Collection que mantienen abierto un conflicto con nuestras compañeras de Barcelona. Vemos también en los medios a empresarios quejarse de que faltan trabajadores y a los CEO de megacorporaciones muy preocupados por la falta de “talento”. Todo mientras aceleran el colapso urbano e intensifican las violencias que sufrimos todas, en especial la comunidad migrante que también trata de salir adelante.
Somos muy conscientes de que la problemática no es nueva y os tenemos en la diana. A fondos como Blackstone, a entidades financieras como CaixaBank, a la Sareb, que con la participación de lo público sigue desahuciando familias. A todo casero. Porque tú, sí, tú, el pequeño casero que «solo» pone el precio a «lo que dicta el mercado» mientras rentabilizas una vivienda de la que no te preocupas, precarizando a la clase obrera, tú también eres parte del problema. La financiarización de la economía, las burbujas, el mangoneo y el auge del capitalismo popular (ese que encontramos también en ese afable casero que no te da por saco y es muy majo) nos plantaron un espejismo en la cara.
Hasta ahora.
Por eso en CNT Madrid decimos que igual que todo patrón explota, todo casero es cómplice (cuando no culpable) del extractivismo que sufrimos. Por eso en CNT Madrid no aceptamos ni a empresarios ni a rentistas como afiliadas. Por eso en CNT Madrid decimos, en definitiva, que patrón y rentista: sois enemigos de la clase obrera.
