—Empiezas mañana. ¿Alguna duda más?
—Sí, ¿cuál es mi horario?
—El de siempre: el que mande el cliente. Si hay que quedarse unas horas más, se echan.
Salarios de mierda, una desorganización tremenda, horarios maratonianos… Para muchos curritos, la conversación de arriba ha marcado parte de nuestra vida laboral. Da igual si trabajas en agencia, si es un medio, si estás en los talleres o en un departamento de comunicación interna: la precariedad nos atraviesa a la mayoría de multitud de formas. No hablemos de si eres freelance: te dediques al diseño e ilustración, a la redacción, al fotorreporterismo, al community management por horas… la inestabilidad, los pagos indignos y a destiempo e, incluso, el ghosting son tendencia.
En CNT estamos hasta las gónadas de la mierda de empleos y “oportunidades” que recorren el sector de la comunicación: ocupaciones y empresas a las que es complicado acceder, muchas veces, porque se entra por nepotismo, o por una mera cuestión de clase: necesitas gastar el salario de casi un año en másteres privados. Una carrera de obstáculos para ejercer un trabajo expuesto, en el que debes mercantilizar hasta tus redes sociales personales, y que se torna a veces desagradable y propenso a recibir acoso online, especialmente en el caso de las mujeres. A esto se suman jefes ingratos, jornadas interminables, nóminas que menguan año a año al compás de la inflación y amenazas constantes de recesión y despidos en el sector. El resultado: ojeras hasta el suelo y un estrés que carcome hasta quien tiene más entereza.
¿Qué podemos exigir este Primero de Mayo? Una comunicación por la que merezca la pena luchar. Unos salarios dignos para nuestras profesiones; unos horarios y unas condiciones materiales que permitan que “conciliar” no sea una palabra que adorna titulares, mientras que en las entrañas de quienes los escriben rezuma el desánimo. Exigimos que pare la sangría de despidos entre los curritos (mientras los directivos siguen dando conferencias sobre liderazgo). Exigimos a las empresas de comunicación que dejen de alimentar bulos y dar espacio a los que los difunden: tanto los que se dirigen a los curritos hablando de “salario emocional”, como los que se dedican descaradamente a envenenar a la sociedad hablando de problemas inventados y poniendo el foco de la culpabilidad en los más vulnerables: personas migrantes, pobres, niños solos. También exigimos dejar de ser esclavos de los algoritmos que manejan un puñado de oligarcas multimillonarios.
Queremos una comunicación verdaderamente democrática y útil para que la sociedad tome decisiones. En CNT llamamos a la organización de los trabajadores del sector de la comunicación para luchar por que los profesionales del sector trabajen de forma digna: que dedicarse a la publicidad, a la prensa o a la comunicación no sea una sentencia de precariedad. Es hora de conquistar nuestros derechos: cuenta con nosotras.
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