CNT Madrid y CNT Comarcal Sur por el Primero de Mayo

Ante unas condiciones de vida cada vez más asfixiantes y con unos culpables cada vez más claros, año tras año se hace más necesario que reclamemos nuestras calles y los señalemos claramente.

Este Primero de Mayo afrontamos un contexto en el que una discreta y tardía subida del SMI, totalmente insuficiente con respecto a la inflación, y una simbólica reducción de la jornada laboral han sido suficiente para desatar la furia y reticencia de la patronal, a pesar de que ninguna de las dos medidas está a la altura del aumento del coste de la vida que venimos sufriendo.

Como novedad, este año tenemos un añadido que ya venía fraguándose un tiempo pero que hoy ocupa ya el primer plano de una forma que no podemos seguir ignorando. No es muy difícil darse cuenta, a cada paso que damos por estas calles, es imposible que no invadan nuestra vista múltiples anuncios realizados con inteligencia artificial. Desde sus inicios, toda innovación tecnológica había sido concebida por el ser humano como un avance para mejorar nuestra calidad de vida: las máquinas harían los trabajos que nosotros no queremos hacer, permitiéndonos dedicarnos al ocio y a actividades más creativas y realizadoras.

La obscena realidad es que esta idea tan básica ha sido invertida por completo. La IA está siendo empleada para reemplazar el trabajo de artistas, técnicos audiovisuales, figurantes, dibujantes y un largo etcétera de oficios relacionados con el mundo artístico, atacando así sin discreción ni piedad a sectores que ya de por sí se hallaban críticamente precarizados y cuyas labores nunca habían sido concebidas para ser reemplazadas por la máquina.

Es imprescindible que nos hagamos eco de ello precisamente en un día como hoy. Cuando los medios tecnológicos no están en nuestras manos, sino en manos del poder, sus avances nos llegan siempre en forma de embudo, y lo que es un logro colectivo se convierte en la ventaja económica de unos pocos. Así pues, pese a que este progreso ha sido drástico y palpable allá donde vamos, ninguna comodidad ha llegado a nosotrxs gracias a ello. La jornada laboral ha sido reducida tan sólo en la ridícula cantidad de media hora al día y los trabajos que se destruyen no crean ocio para aquellos que los pierden, porque pretenden apoderarse del mismo ocio y anular nuestra capacidad creativa.

Al mismo tiempo, ahora pretenden introducirnos en un contexto de guerra que, bajo sus constantes señales de advertencia y gritos de alarma contiene una verdad mucho más clara: esta guerra que pretenden traer a nuestras puertas, que es la que lleva años azotando a los pueblos del sur global llegando hasta el extremo del genocidio donde su ambición lo ha requerido y aquellos territorios en los que está en juego el beneficio de unos pocos, no es otra guerra que la guerra depredadora del capital. En un sistema de lógica expansionista y depredadora de los recursos, una vez más, se torna necesario empujar a nuestra clase a la destrucción total con el fin de mantener engrasada la maquinaria de la productividad. Pretenden que paguemos sus deudas y enriquezcamos sus bolsillos quienes estamos día tras día entregando nuestras vidas por unas migajas. Por ello, volvemos a decir alto y claro: frente a sus tambores de guerra, organización revolucionaria.

Pues la organización se demuestra una necesidad cada vez más acuciante. La única salida a su mundo de miseria pasa por la organización de nuestra clase. El único modo, no solo de resistir, sino de empujar y derrocar sus ataques constantes se apoya en nuestra organización consciente; en la recuperación de las herramientas de nuestra clase: el sindicato con sus huelgas, sus boicots, su acción en cada centro de trabajo. Porque a través de la mejora activa de nuestras armas mediante su puesta en práctica día a día podremos reabrir el horizonte de la superación del capitalismo. Huelgas como la emprendida por la plantilla de Litera Meat con las compañeras de CNT Huesca, la organización y la respuesta de nuestras compañeras de Intervención Social frente a las agresiones de un sistema que pone sus vidas en riesgo, las huelgas emprendidas en nuestra Comunidad por las compañeras del SAD o la totalidad de la educación pública.

La participación en convocatorias interseccionales como es este Primero de Mayo en Madrid no son sino la consecuencia evidente de una composición múltiple de nuestra clase, atravesada por identidades disidentes y perseguidas con aún más violencia si cabe por un capital que se apoya sobre premisas machistas, racistas, lgtbqifobas entre muchas otras para ensanchar sin miramientos sus márgenes de beneficio. Es por eso que nuestras organizaciones solo serán verdaderamente revolucionarias en la medida en la que luchen y se compongan de todas las identidades de nuestra clase, con las mujeres, las personas migradas, las disidencias de género. Porque CNT solo entiende un modelo sindical y un mundo nuevo que sean construidos por y para todes.

Son muchos los ejemplos que demuestran que solo movilizándonos y, sobre todo, organizándonos para dar una respuesta capaz podremos construir el mundo que queremos, ese que emergerá de las ruinas de este mundo enfermo. Y, precisamente, porque nuestra organización y nuestras herramientas constituyen una amenaza real, una oportunidad al alcance de todxs para comenzar a ganar, el capital y el Estado refuerzan cada vez más su ofensiva contra quienes deciden pasar a la ofensiva. Es por eso que no podemos dejar de tener presentes cada día a nuestras seis compañeras de La Suiza, para las que pedimos inmediata libertad. Porque hacer sindicalismo no es delito. Porque ante cada ataque, más sindicalismo, más huelgas y más organización. Porque nos tendrán enfrente hasta vencer.

Este Primero de Mayo salimos a la calle para demostrar que tenemos todo por ganar, y que lo ganaremos de la única forma posible, la única forma que sabemos: haciendo sindicalismo para un mundo nuevo.

CNT COMARCAL SUR MADRID
CNT MADRID

Hacer sindicalismo no es delito

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