#MúsicaEsTrabajo en orquestas – Las relaciones laborales en las orquestas sinfónicas privadas

Últimamente los debates sobre el carácter laboral de la actividad en el sector cultural son habituales. Cada día aparece alguna noticia sobre excesos cometidos sobre trabajadoras/es cuya actividad parece fruto de una inspiración divina, sin implicar estudio, preparación, ensayo o compra de instrumentos.

Gracias a este clima de debates sobre el sector cultural se comienza a hablar de los conflictos laborales en las orquestas privadas, que están proliferando por todo el estado con diferente fortuna. Estas orquestas son mucho más precarias, ya que las orquestas con más estabilidad y programación son las de carácter público.

En las públicas la plantilla está formada por funcionarias/os, accediendo a su puesto por un proceso de oposición. Tras la crisis económica el acceso a esas plazas públicas se ha dificultado debido a los recortes. Por ello, muchas personas han optando por trabajar en orquestas privadas, de más fácil acceso pero con condiciones laborales peores.

Las orquestas privadas surgen de varias maneras: parten de orquestas amateurs que acaban cuajando en una estructura sólida, se forman para determinados eventos que tengan cierta continuidad o regularidad, y finalmente, son iniciativas destinadas a algún evento cultural concreto. Existen también orquestas en forma de cooperativa, como la Orquesta Sinfónica de Madrid, que es la titular en el foso del Teatro Real.

Tratándose de trabajadores como son las y los intérpretes de orquesta la idea de contratación laboral debería ser indiscutible moral, política y sobre todo legalmente, pertenezca esta tanto al ámbito público como al privado. La ley dice que para que un trabajador sea contratado laboral tiene que cumplir dos condiciones básicas, ajenidad y dependencia.

En el caso de los músicos de orquesta:

  • ajenidad: el trabajador/a no asume directamente los riesgos y no decide sobre el repertorio.
  • dependencia:el trabajador/a realiza su actividad en base a los horarios que marca la orquestar. Se le imponen unas horas de ensayo que se tienen que cumplir, unas horas para preparar el concierto y asistencia al mismo, se le da la partitura que tiene que tocar a las órdenes de un director.

Las malas prácticas de convertir a las y los intérpretes musicales en falsos autónomos provienen de la ausencia de presencia sindical y de una regulación adecuada. La forma de conseguir esta regulación es por medio de una negociación colectiva. Para ello las trabajadoras/e deben sentarse a negociar con las empresas correspondientes para conseguir convenios y acuerdos que eviten usos que puedan vulnerar la legislación en materia laboral. Las orquesta públicas lo hacen así y es como se logra un trabajo que se desarrolle en unas condiciones dignas. Como decimos desde hace años, #MúsicaEsTrabajo.

Animamos desde la Sección de Música CNT a quienes participen en orquestas privadas a que se organicen sindicalmente. Pronto se convocará una asamblea en Madrid para impulsar este proceso.

uniondemusicos@graficasmadrid.cnt.es
@unionmusicasCNT

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